Nada más llegar, surge el recibimiento en la estación de autobús de Chauen por parte varios guías “no oficiales” y tras elegir a uno, por pocos dirhams nos deja en la puerta del Hotel Mauritania. Un lugar recomendado en Lonely Planet, de ambiente joven, limpio y cómodo en el que dormí y conocí a varios amigos mexicanos/alemanes con los que pasé los 2 días siguientes. Mi primera etapa solo por Marruecos, en Chauen, pueblo famoso por su Medina azul y sus plantaciones de Marihuana.
Había ganas de descubrir los rincones de Chef-Chaouen y empezamos por la cercana Plaza Uta el-hammam, saciando el hambre con un Tajín en Casa de Aladín (La Lámpara Mágica), un restaurante con azotea en el que disfrutar de geniales vistas del pueblo y las montañas del Rif.
Tras coger fuerzas pusimos rumbo a la Mezquita española (Jemaa Bouzafar) que se encontraba a 2 km y estando en zona de montaña, todo en cuesta, claro. Durante el paseo, cruzamos la preciosa Medina azul, un auténtico laberinto de calles que ofrecen a cada paso rincones dignos de fotografía. Con las pequeñas puertas de las casas y el intenso azul, pensaba estar en una aldea de Pitufos y claro, si unimos esto al buen trato de los locales hacia los viajeros, yo como en casa 😛
Al dejar la pintoresca Medina atrás, salimos a la Cascada de Ras El-Maa, donde los locales se refrescan y lavan su ropa. Es el punto previo a entrar al Parque Nacional de Talassemtane (que pasearemos en otro post) con dirección a la Mezquita española. Un trayecto de poco más de 15 minutos que va ofreciendo vistas geniales de Chauen al ascender. Pero la imagen más espectacular es la puesta de sol se disfruta desde la propia Mezquita española. Un lujo de atardecer en capas, con el sol sobre las nubes, las montañas y el pueblo de Chauen. ¡Mejor miradlo!
Si quieres más y mejor sigue a Jantotravel en: